Comenzamos a sentir el viaje mientras el paisaje iba cambiando, los valles iban desapareciendo y las montañas comenzaron a crecer, mientras las casitas paisas adornaban el panorama, del primer día solo nos quedaba el atardecer y una ciudad, Pereira, que se mezclaba con las montañas, horas después para comenzar a conocernos nos encontramos con sus calles, caminando entre curvas, subidas y bajadas.
Nos sorprendió un centro urbanizado el cual había derretido su porción histórica. Buscando encontramos puntos luminosos que se están moviendo entre calles etílicas, aumentando nuestros delirios con creaciones pereiranas.
Con la idea de que las universidades publicas tienen los lugares y el apoyo necesario para poder expresarnos nos encontramos con la UTP (Universidad Tecnológica de Pereira) la cual no fue la diferencia, encantados con su lindo campus en el cual se pueden avivar los sentidos con hermosos atardeceres.
Buscando un café nos encontramos dos cuadras que están invadidas de varios lugares para entablar buenas tertulias.
Queridos chicos de Tintas al sur, aunque por el centro anden. Ya les tengo la carta de mi colegio lista, recojanla cuando se devuelvan a esta Sultana del Valle. Les vamos siguiendo la huella y que rico que nos los vayan atendiendo muy bien.
ResponderEliminarAbrazos por montones
Angelarosa y sus chicos